Diseño de exposición para Óliver Sánchez Acosta
Proyecto museográfico recreado en el Centro de Interpretación La Fortaleza para la exposición temporal del artista Óliver Sánchez Acosta.
Año: 2021
Proyecto académico: 3º EEAASS Diseño Gráfico – Proyectos de Gráfica para el Entorno
Equipo de trabajo: Cristina Santana y Raquel Perera
Diseño de exposiciones: proyecto de gráfica aplicada a espacios museográficos
Para poder estudiar y desarrollar una propuesta de gráfica aplicada al entorno museístico, comenzamos eligiendo el Centro de Interpretación La Fortaleza, situado en el municipio de Santa Lucía de Tirajana, Gran Canaria.
Este espacio cultural posee una infraestructura moderna, con salas amplias y luminosas, siendo el patio central el área propuesta para la intervención expositiva. La elección de este lugar nos permitió explorar las posibilidades del diseño de exposiciones en un entorno que combina tradición y modernidad, favoreciendo así una experiencia de usuario enriquecedora y memorable.
Conociendo al artista: Óliver Sánchez Acosta
Óliver Sánchez Acosta es un artista multidisciplinar nacido en el municipio de Firgas, Gran Canaria, que trabaja distintas técnicas escultóricas en madera, forja y modelado, combinadas con la pintura y la fotografía.
Entre sus inquietudes, destaca la búsqueda de inspiración en la naturaleza y cultura canaria, plasmándolo en sus obras.
La madera de pino y la piedra de Arucas son los materiales más característicos de su obra. Son protagonistas en sus exposiciones, y en todas sus piezas reutiliza el material sobrante para crear otras nuevas, demostrando así un profundo compromiso con la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente.
Conceptualización de la exposición «Naturaleza en movimiento»
La exposición individual tendrá como título “Naturaleza en Movimiento”, inspirada en las obras del artista y combinando distintas piezas de sus colecciones. Este proyecto artístico se traslada a las salas culturales para mostrar la fusión entre la escultura en madera, la fotografía y la pintura. Busca el movimiento y dinamismo de la obra estática a través del color y las sombras proyectadas por el volumen propio de las piezas. Por este motivo, el tipo de circulación dentro de la sala será el no estructurado, permitiendo a las personas que visiten la exposición moverse libremente y diseñar su propio recorrido para museos, potenciando así una experiencia de usuario personalizada y única.
Integración de la gráfica aplicada al entorno
El diseño de exposiciones se centra en crear una armonía entre las obras de arte y el espacio en el que se exhiben. En este caso, la gráfica aplicada al entorno juega un papel fundamental al conectar la exposición con el ambiente del centro. Inspirándonos en la identidad visual de Óliver, desarrollamos la gráfica para la exposición, predominando las fotografías con un filtro negro y la tipografía a gran escala, de color blanco y verde. Estos elementos gráficos no solo destacan visualmente, sino que también facilitan la orientación y comprensión de la muestra, mejorando la experiencia de usuario al ofrecer información clara y atractiva.
Entre las adaptaciones de la información, encontramos un cartel principal donde se anuncia la exposición; el scaffolding para la entrada a la sala; un pequeño panel informativo sobre el artista y sus colecciones; una cita del artista; una lona donde se aplica una fotografía a gran escala y cartelas de pequeño y mediano tamaño para albergar información técnica sobre las piezas expuestas.
Primera zona: conexión con la naturaleza terrestre
Esta zona de la sala se dedica a la temática de la naturaleza terrestre, albergando obras que remiten a este concepto. Gracias a los distintos objetos de apoyo elegidos, como las peanas, sonidos ambientales, proyecciones en el suelo, réplicas y modelos de demostración, se logra trasladar el mensaje a quienes visiten el museo. Además, se generan sensaciones inmersivas que contribuyen a una experiencia de usuario satisfactoria y agradable. Como refuerzos, se utilizan recursos como el color, predominando en esta zona el ambiente cálido y verde, añadiendo elementos naturales de plantas y un suelo cubierto por césped, lo que permite introducir sensaciones de libertad y de estar en contacto directo con la naturaleza.
Segunda zona: sumergiéndose en el entorno marino
En la otra mitad de la sala, nos encontramos con las obras de temática dedicada al entorno marino, caracterizada por la predominancia de tonalidades frías azuladas y el uso de materiales que recuerdan a una playa, como el suelo arenoso. En ella, se incorporan apoyaturas de vitrinas, fotografías y proyectores, elementos que enriquecen la experiencia y hacen posible el entendimiento profundo de la muestra expositiva. Bajo el techo cuelga una inmensa tela de color celeste, que por su forma puede recordar a las olas del mar, estimulando así la atención hacia la lectura de la cita que preside esta zona de la sala. Este entorno marino busca despertar en el visitante emociones relacionadas con la serenidad y la vastedad del océano.
Experiencia de usuario: un recorrido libre y dinámico
El diseño de un recorrido para museos no estructurado invita a los visitantes a explorar la exposición a su propio ritmo, fomentando un sentido de descubrimiento personal y conexión emocional con las obras. Esta libertad de movimiento permite que cada persona tenga una experiencia única, interactuando con las piezas desde diferentes perspectivas. El uso estratégico de la gráfica aplicada al entorno facilita la orientación sin imponer un camino predefinido, brindando información y estímulos visuales que enriquecen el recorrido y mantienen el interés del visitante en cada rincón de la sala.
Experiencia inmersiva: luces, sonidos y sensaciones
Como temática, se aprovecha la experimentación con los juegos de luces y sombras de color que el artista plasma en su colección, recurso que se potencia a través de la iluminación y el uso de proyectores en la sala. Estos elementos, acompañados de sonidos ambientales específicos para cada zona, generarán una experiencia inmersiva que acerca al visitante a cómo el artista siente el mundo durante su proceso creativo. Esta combinación multisensorial busca estimular los sentidos del público, permitiéndoles no solo ver las obras, sino también sentirlas y vivirlas, creando así un vínculo más profundo entre el arte y el espectador.
Debido a ello, las obras elegidas para la exposición se relacionan con esta idea en cuanto a que pretenden narrar esa misma conexión humana con el medio natural: figuras antropomorfas y espontáneas que se fusionan en un baile de color; formas abstractas que representan fenómenos atmosféricos, como el viento, llenas de un movimiento continuo marcado por las líneas implícitas en sus formas; la grandeza de la tierra, representada en la gran réplica que corona el área izquierda de la sala; fotografías que cuentan cuál es el propósito del artista y de dónde nace toda su inspiración y por último, el proyecto que pretende hacer partícipe a toda la sociedad a través del arte, llevando una pieza en forma de camiseta que simboliza toda esta filosofía.